¡Oh Ricos de la Tierra!
Los pobres son mi depósito en medio de vosotros, cuidad mi depósito y no estéis empeñados solamente en vuestro propio bienestar.
¡Oh Hijo del Polvo!
En verdad te digo: De todos los hombres, el más negligente es aquel que disputa inútilmente y trata de sobresalir por encima de su hermano. Dí: ¡Oh Hermanos! que las acciones y no las palabras sean vuestro adorno.